🚭 Productos de tabaco emergentes: ¿riesgo reducido? La evidencia dice otra cosa.
El consumo de tabaco sigue siendo uno de los principales factores de riesgo de enfermedad y muerte en Argentina. Aunque la prevalencia adulta se mantiene en torno al 22%, preocupan especialmente las nuevas tendencias entre adolescentes: en relevamientos recientes, casi 4 de cada 10 jóvenes han probado productos de tabaco o nicotina, y cerca del 9% utiliza cigarrillos electrónicos de manera actual.
En este contexto, la industria tabacalera impulsa dispositivos emergentes —cigarrillos electrónicos, productos de tabaco calentado, sabores especiales— bajo el discurso de “reducción de daño”. Sin embargo, la evidencia independiente no respalda esa afirmación.
📌 Datos clave para la práctica médica:
• Un metaanálisis reciente mostró riesgos cardiovasculares y metabólicos similares entre usuarios de cigarrillos electrónicos y fumadores convencionales.
• El uso dual aumenta aun más el riesgo.
• Estudios observacionales reportan asociaciones con EPOC, bronquitis, neumonía, alteraciones metabólicas, cefaleas, mareos y daño oral.
• Las investigaciones que sugieren “menor daño” suelen presentar conflictos de interés.
• En adolescentes, estos productos funcionan como puerta de entrada al consumo de tabaco, incluso en quienes nunca habían fumado.
🧪 La estrategia de “reducción de daños” genuina es una intervención sanitaria, no un argumento comercial. Implica acciones diseñadas por autoridades de salud para poblaciones específicas, no la libre circulación de productos adictivos en el mercado.
Marco normativo en Argentina:
La importación, comercialización y publicidad de cigarrillos electrónicos, productos de tabaco calentado y sus accesorios están prohibidas por ANMAT y el Ministerio de Salud, bajo el principio precautorio y en base a evidencia independiente.
Comité de tabaco y medioambiente de AAAeIC
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